lunes, 8 de agosto de 2011

Ruptura

Sin abandono las escamas en mi cuerpo.
Sin abandono la luna volcándose en pleno día.
Sin abandono,
la caricia del viento,
los pétalos de sol rozando sutilmente las nubes.

Sin clemencia las rutas donde creíste crecer
se tornan fastidiosas mentiras que decidimos creer.
Sin clemencia nos decidimos a vivir o a morir
sin siquiera saber nuestras posibilidades.
Y es así que el mundo nos rechaza
Por no descubrirlo.
Por no contemplar al habitante mas viejo,
por no abarcar siquiera una milésima de su sabiduría.

Me voy,
aquí y allá me estoy yendo,
De un extremo al otro
habré dejado de mi lo mejor,
Y cuando desnudo sucumba ante los brazos
de la amada pérfida,
me sabré un hombre feliz de no tener deudas conmigo mismo.